UN MARCO DIFERENTE
¿POR QUÉ UN ESPACIO SOCIOEDUCATIVO?
A lo largo de los años de trabajo en diferentes municipios junto con otras profesionales, observamos aspectos importantes que se han ido repitiendo de forma frecuente:
- Hay familias que desean y solicitan la ayuda de un educador social. Sin embargo, por lo general, los educadores sociales trabajamos en sistemas de protección infantil públicos. Recibir su ayuda supone a la familia exponerse a estos servicios muchas veces desconocidos y rechazados, como muchas personas indican, por su “mala fama” o con los que no se sienten identificados. A ello se suman todos los miedos y prejuicios existentes hacia el trabajo de los servicios de protección infantil (retirada de custodia de los menores, miedo al común “que nos los quiten”, etc.). Por este motivo, muchas familias no solicitan ni reciben la ayuda de un educador social cuando lo desean o pueden beneficiarse de ello.
- Muchas veces las niñas y adolescentes se abren con mayor facilidad ante la figura del educador social y tienen mayor disposición hacia el trabajo dentro de un marco de trabajo socioeducativo, donde aprenden y desarrollan diferentes aspectos a través de juegos educativos, dinámicas y la interacción con otras personas y/o elementos. A consecuencia, muchos de ellos logran superar las dificultades que presentaban a su llegada o se sienten más preparados para afrontar un proceso terapéutico posterior.
- En el trabajo socioeducativo se introducen dinámicas inspiradas en diferentes corrientes terapéuticas muy competentes, como son la psicomotricidad, la arteterapia, la terapia animal u otras, que enriquecen indiscutiblemente el valor educativo de la intervención con los menores.